El
trabajo que propone Marcelo Savignone con esta pieza es vasto y rico. Por un
lado, porque se sumerge en el lugar del actor (¿quien no ha soñado con un
personaje shakespierano?) siendo él mismo el que actúa. O sea que de alguna
manera propoone una autorreflexión.
Por
otro lado, es indiscutible el lugar que ocupa Hamlet en el imaginario teatral
de todos los siglos desde que nació ese rico y bello texto dramático. Con esto,
Savignone realiza un doble juego centrado en la indagación actoral. Se pregunta
por cómo interpretar a Hamlet y a la vez, plantea el desarrollo actoral en la
vida misma del actor. Porque en la obra no es el intérprete el que se cuestiona
sobre cómo interpretar Hamlet, sino que es el personaje que el actor crea el que
estudia, prueba y se pregunta.
De
esta forma, con el maravilloso instrumento que es Marcelo Savignone, se abre un
juego de preguntas que son desarrolladas en el momento presente de la ejecución
de la pieza.
El protagonista
de la historia que se representa y presenta en la escena, es un actor. Un
actor, podríamos decir, obsesionado con Hamlet.
Lo
vemos debatirse, ensayar textos, pasar letra, probar expresiones, gestos, etc.
Lo vemos en su casa/laboratorio donde experimenta y busca la forma verdadera y
final de decir –vivir- ese texto.
Progresivamente
comienza a sumergirse en un mundo entre literario y teatral, mientras lucha por
escapar de su rutina cotidiana: disfrazarse de algún tipo de muñeco que
promociona quién sabe qué producto. De esta manera, habla del otro lado del
oficio, de aquellos trabajos que uno tiene que desempeñar para sustentarse y no
suelen ser del todo gratos.
La
interpretación de Savignone es genial. La progresión con la que se introduce –e
introduce al espectador- en las aguas cada vez más oscuras de ese otro mundo de
la fantasía donde el arte se abraza con la locura, es maravillosa. Allí nos
muestra precio de alcanzar ese espacio donde el teatro anida y respira, donde
el actor creador navega cuando tiene sus mejores momentos.
La
locura lo sobrepasa, lo toma por completo hasta casi aniquilarlo.
El
trabajo integral de Savignone pone en movimiento su cuerpo, su voz y su
inteligencia al servicio de la actuación.
Por
eso, la exploración de un lugar paradigmático de la interpretación, ese laboratorio
escénico que propone al público, es como una master class. Hay tensiones,
dudas, preguntas, desarrollo y búsqueda, prueba, ensayo y error. Como si
pusiera en escena la cocina del trabajo del actor.
Qué:
HXH
Quién:
Concepción, dirección e interpretación: Marcelo Savignone.- Vestuario: Lucila
Fiorenza.- Escenografía: Lina Boselli.- Iluminación: Nacho Riveros.- Audiovisuales:
Belén Robaina.- Operación técnica: Luciano Cohen, Federico Costa, Pedro Risi.- Diseño
gráfico: Edgardo Carosia.- Entrenamiento corporal: Juan Martín Fernández Ozán.-
Entrenamiento vocal: Claudio Garófalo, Josefina Lamarre.- Asesoramiento
literario: Juan Manuel Bernal, Eva Rodríguez.- Asesoramiento musical: Nicolás
Savignone.- Asistencia general: Maria Florencia Alvarez, Juan Manuel Bernal,
Luciano Cohen, Federico Costa, Deby Low, Pedro Risi.- Prensa: Duche&Zárate.- Producción
ejecutiva: Maria Florencia Alvarez, Silvia Barona.- Web: http://www.marcelosavignone.com
Dónde:
CIUDAD CULTURAL KONEX.- Sarmiento 3131 .- 4864-3200
Cuándo:
Jueves - 20:30 hs (Hasta el 30/08/2012)
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