Poner
en escena una pieza de William Shakespeare podría verse casi como un paso
obligado para cualquier director que se precie. Así como interpretarlas puede
constituir un reto para cualquier actor. Incluso existen obras que juegan con
ese planteo representado las dificultades y vicisitudes de ‘hacer’ Shakespeare.
Aquí
la combinación es un buen director ya consagrado junto a un excelente grupo de
actores y equipo artísitico técnico, para la escenificación de un gran texto
dramático. Y qué mejor lugar que el Teatro San Martín para escenificarlo.
La
puesta que realiza Daulte podría calificarse de contemporánea. El vestuario es
uno de los pilares donde se sostiene esta calificación. Jeans, camperas de
cuero, trajes, medias de red. También el coro de brujas que vaticina el futuro,
seduce y acecha. Un trío de tres bellas y buenas bailarinas que despliega
erotismo y sensualidad en sus coreografías. Pero no es únicamente este grupo de
mujeres las que ponen el cuerpo a movimientos coreografiados, la obra construye
escenas donde los hombres despliegan su expresión corporal. Cuestión que aleja
la propuesta de cualquier puesta clásica.
La
música y las luces generan climas y aportan lo suyo, colaborando en un todo que
es dinámico y muy visual.
Pero
lo más extraordinario de esta puesta son los mecanismos escénicos.
La
escenografía está construida con una especie de andamios metálicos con
escaleras, que sirven a la vez de puentes. Estos puentes, dispuestos como
pasillos con barandas, son movibles y arman distintos ambientes según su
disposición. Además, son utilizados para estructurar dos claros niveles que
diferencian los lugares de posicionamiento de cada uno según la acción. Para
completar, el suelo del escenario es giratorio, por lo que los juegos y
posibilidades de crear espacios se acrecienta, a la vez de sumar en el carácter
contemporáneo de la puesta.
Toda
esta grandiosa escenificación (casi constructivista en su aspecto visual) hace
que el texto quede un poco atrás. Los actores van y vienen, son expresivos,
muchos de ellos trabajan en televisión y también se han consagrado en el
ambiente. Pero el texto que sale de sus bocas parece dicho sin profundidad. No
porque no sean expresados con verdad, sino que la propuesta parece hacer más
hincapié en los mecanismos escénicos, los efectos lumínicos y sonoros, el
dinamismo de todo lo visual. Así, el trabajo actoral parece quedar atrás, un
poco opacado por lo maravilloso de la puesta escénica.
El
dinamismo de la propuesta introduce otro elemento que la aleja de todo clasicismo.
Un actor rompe la 4º pared y se dirige al público en un momento que significa
un quiebre total para el texto clásico. De esta manera, la obra acentúa su
carácter ficcional indicando claramente que uno está en el teatro y rompiendo
así toda posible identificación.
Una
aventura realmente ‘daulteana’.
Qué: Macbeth
Quién:
Autoría: William Shakespeare.- Traducción:
Daniel Zamorano.- Versión y Dirección: Javier Daulte.- Actuación: Alberto
Ajaka, Valentino Alonso, Mónica Antonópulos, Fabio Aste, Federico Buso, Luciano
Cáceres, Julián Calviño, Emiliano Dionisi, Leticia Mazur, Margarita Molfino,
Francisco Pesqueira, Marcelo Pozzi, William Prociuk, Martín Pugliese, Agustín
Rittano, Ezequiel Rodríguez, Leonardo Saggese, Alberto Suárez, Julieta Vallina,
Debora Zanolli.- Vestuario: Mariana Polski.- Escenografía: Alicia Leloutre.- Iluminación:
Gonzalo Córdova.- Música original: Diego Vainer.- Asistencia artística: Andrea
Garrote.- Coreografía: Carlos Casella.-
Dónde:
TEATRO SAN MARTIN Av. Corrientes 1530
Teléfonos: 0800-333-5254 ó 4371-0111/18.- Web: http://www.teatrosanmartin.com.ar
Cuándo:
Domingo, Miércoles, Jueves, Viernes y Sábado -
20:30 hs.-
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