Un
golpe de aire fresco. Una bocanada de aire puro es lo que le hace falta a esta
pieza al final, cuando el espectador ha entendido lo doloroso del drama y no
sabe dónde escapar.
En
una construcción escenográfica, que parece el esqueleto de una casa, transcurre
esta historia. Un relato que en su estructura dramática podría ser también como
una armadura, el armazón de otra cosa, de otro relato quizás mejor terminado,
con final feliz.
La
pieza surge tipo rompecabezas, donde se pone en escena el despliegue de
distintos punto de vista sobre un mismo hecho que a la vez es contado varias
veces avanzando en el recorrido de la historia.
Cada
uno de estos relatos es afrontado como si fueran distintas piezas que cada
narrador de turno moviera. Pero siempre sobre el mismo cuento, una repetición
de la misma historia vista desde un ángulo diferente.
Esta
forma de poner en escena un hecho mientras se está relatando hace pensar en la
idea de referirse a la construción de la representación al mismo tiempo que se
está construyendo. Se relata lo que sucede simultáneamente.
Mamushkas
encecerradas una dentro de otra, muñecas rusas que se esconden como un
laberinto de cebolla. Que evitan dar en el centro del relato, de aquello que es
casi imposible de encarar por lo infinito de su sufrimiento.
Porque
de lo que se trata es de abordar el dolor desde distintos ángulos solo para
dilatarlo, esquivarlo, evitar su aparición.
Aunque
aquello que se evade nombrar, temprano o tarde, llega.
Finalmente
aparece el vano intento, aunque siempre válido, de intentar reescribir la vida.
Qué:
Golpe de aire
Quién:
Autoría y Dirección: Marcelo Mininno.- Actuación: Andrés D’ Adamo, Lautaro
Delgado, Silvia Oleksikiw, Germán Rodríguez, Raquel Sokolowicz.-
Vestuario
y Asistencia artística: Carolina Mas.- Escenografía: René Diviú.- Iluminación:
Eli Sirlin.- Fotografía: Pablo Morgavi.-
Web:
http://www.golpedeaireweb.blogspot.com/
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