miércoles, 18 de enero de 2012

HÉCUBA O EL GINECEO CANINO

La propuesta se encuentra incluida entre otras tres en el contexto de Proyecto Clásico (3 textos clásicos + 3 directores + 3 espectáculos, Ramos+Wilde / Catani+Shakespeare / Wehbi+Eurípides)  organizado por el Centro Cultural Ricardo Rojas sobre la adaptación de clásicos del teatro universal.
Lo que más llama la atención en la puesta que dirige Emilio García Wehbi es la disposición de los elementos que integran el conjunto de la obra dramática.
En el texto de Eurípides, los griegos convierten a Hécuba -que ha perdido a casi todos sus hijos en la guerra de Troya- en esclava. Luego de que ella se venga, es lanzada sobre sí una profecía que la condena a ser transformada en perra y deambular por siempre sobre la tumba de sus hijos.
En la propuesta de Wehbi, la madre vengadora es cruzada con Medea (quien mata a sus hijos), en un proceso que construye un lugar de la mujer fuerte y dominante. Esta hembra que no se detiene frente a los designios del destino, que no se doblega, sino que le sale ella misma al encuentro, se convierte luego en perra. Lo que le queda después de haberse despojado de toda humanidad es ser un animal.
Los personajes que están en escena son dos: ella y el coro. Este se reduce a un hombre que actúa como una especie de antihéroe entrado en años dueño deuna cínica lucidez.
Hécuba está en la piel de una buena actriz, bien plantada, conocedora de su arte y oficio, que entrega su carne al papel y su discurso.
Si hay algo que abunda en la puesta es eso: discurso.
Mucha imagen y discurso. Discurso inserto en un fondo de imágenes plásticas.
A partir de un cruce de disciplinas que incluye un gran despliegue de video e intervenciones sonoras, la pieza parece una intervención, una performance que combina textos clásicos y modernos en su discurso, que se ‘posmoderniza’ en su actuación fragmentada, que baja línea desde un texto sin pausa, sin errores, sin titubeos.
Frente a este bombardeo de palabras acunadas por imágenes que cubren el espacio de la escena, surge una pregunta que se desprende de las propuestas no convencionales, rupturistas o posdramáticas. ¿Dónde anida lo teatral, el acontecimiento poético?
Aquí, el sentido se genera y dispara por el contraste. Por las imágenes sobre las que se descargan las palabras como disparos. Por la poética propia del texto. Por las plumas y la sangre. Por el hombre en calzoncillos y camiseta. Por esa mujer que habla con energía sin trastabillar, que transpira y goza, que se defiende y acusa.
En esta propuesta, ¿hay acción dramática? ¿Por qué se define esta acción? ¿Por la existencia de personajes? ¿Por el conflicto?
Acá hay un conflicto de uno y de todos. De Hécuba, de las mujeres, de la moral, de la humanidad.
Pero bien podría ser la expresión de un discurso poético y político, escenificado con los recursos de la imagen y el sonido.
Un teatro del posdrama donde el sentido profundo del hecho teatral deja de situarse en el texto y se desplaza ahora en el conjunto total de la puesta en escena.

Qué: Hécuba o el gineceo canino

Quién: Autoría y Dirección: Emilio García Wehbi (Sobre textos de Eurípides).-
Actuaciónn: Maricel Alvarez, Emilio García Wehbi, Horacio Marassi, Nicolas Prividera.- Música y Diseño sonoro: Marcelo Martínez.- Video y Diseño de imagen: Santiago Brunatti.- Diseño de escenografía: Julieta Potenze.- Coreografía: Marina Sarmiento.- Fotografía: Sebastián Arpesella.- Diseño gráfico: Leandro Ibarra.- Asistencia de dirección y Producción ejecutiva: Julieta Potenze.- Productor asociado: Roberto Malkassian.-

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