domingo, 1 de junio de 2014

TODOS MIS MIEDOS

Los miedos de un escritor frente a una crisis. Miedos que trascienden la ficción y pueden manifestar expresamente el sentimiento de cualquier autor de una obra, sea literaria o teatral.
Libros, escritura…Hablar del acto de escritura mediante la puesta en escena de la acción de escribir. Representar el temor a ese momento de vacío, de hueco, de página en blanco.
En esa búsqueda caben muchos cuestionamientos, muchas preguntas que llevan a reflexionar sobre el accionar de cada momento, como un acto de responsabilidad que nos interroga sobre la clase de ser que uno es.
“¿Qué tipo de persona sos, de las que esperan el destino o de las que toman decisiones?”, es una de las preguntas posibles enunciadas en la escena.
¿Por qué se escribe? ¿Cuál es el impulso, inspiración, motivación, deseo? ¿Hay eso detrás? ¿Hay algo detrás del acto de escribir? ¿O es como respirar?
En la soledad del momento creativo afloran las dudas que en este caso son convertidas en una puesta escénica, en una obra que interpela y se interpela, que pregunta al público a la vez que se pregunta a sí misma.
En la puesta se construye el conflicto en un trío. Tres personajes que tironean envueltos en una historia de amor y creación (y el amor también puede ser metáfora de la creación), donde el acto de la escritura se cruza con las relaciones sentimentales, y éstas se mezclan con las crisis existenciales.

En medio del trío amoroso, deambula un personaje que guía, que apunta, critica, cuestiona, mueve, representa. Que incluso hace los sonidos del teléfono, es el comunicador invisible hecho carne en otro intérprete, un intérprete silencioso.  ¿Será un alter ego del autor? ¿Es el autor mismo desdoblado, su conciencia? El texto aclara: la diferencia es la consistencia. La consistencia entre el escritor de la ficción y él, entre el autor y él.
La habitación atiborrada de libros se transforma por el acto de la interpretación en distintos espacios ficcionales. Se puede ver allí hasta el río del Delta en medio de todos los montones de libros apilados. Palabras apretadas que son como parásitos, que acosan al escritor que se siente en deuda consigo mismo sino consigue sacar palabras de sí, contar historias que lo construyan, que lo sostengan en su calidad de escritor.
Los libros vuelan por el aire, se amontonan en una torre de Babel que busca el equilibrio pero se desmorona, como las relaciones amorosas que no puede sostener el personaje, como su propia integridad de escritor.
Las metáforas corporales dan vida a lo que no se dice. Es muy claro el contacto a nivel corporal en la escena en función de los sentimientos que no expresan los personajes, aquello que hay soterrado, y que es manifestado mediante la manipulación realizada por el cuarto intérprete.
La iluminación está integrada semánticamente. Veladores con pinza que dirigen su luz desde el techo a la escena, como un montón de luces de escritorio alumbrando el espacio donde debe surgir la escritura, como si fuera un imperativo.
Y la escritura volcada en el ambiente escénico en un confluir de literatura y teatro, de ficciones que se entrecruzan con múltiples realidades: la del texto escrito, la del texto escénico, la del escritor en la ficción, la del autor fuera de la diégesis.
Porque todos los miedos pueden atravesarse y este temor se ha convertido en una obra de teatro.

Qué: Todos mis miedos
Quién: Dramaturgia: Esteban Bieda, Nahuel Cano.- Actúan: María Abadi, Anabella Bacigalupo, Diego Echegoyen, Pablo Seijo.- Vestuario: Paola Delgado.- Iluminación: Rocío Caliri.- Espacio escénico: Julieta Potenze.- Fotografía: Sebastián Arpesella, Candela Dal Pont.- Diseño gráfico: Leandro Ibarra.- Entrenamiento musical: Liza Casullo.- Asistencia artística: Juan Fernández Gebauer, Juan Mako.- Dirección: Nahuel Cano.-
Web: https://www.facebook.com/todosmismiedos
Dónde: ABASTO SOCIAL CLUB Yatay 666 Teléfonos: 4861-7714 Web: http://face: abasto socialclub

Cuándo: Sábado - 23:00 hs y Domingo - 17:00 hs.-

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