El amor que separa, que une, que hace sufrir, que produce
placer. El amor que duele y te despierta, el amor que duerme bajo la piel
mientras la vida en la que estás subido va a toda velocidad. Entonces un
llamado a las 3 de la mañana interrumpe la carrera y sacude las piezas de esa
rutina moribunda, para dar paso a la verdad que en 24 horas va a transformar
todo.
Betina recibe una llamada y desde ese momento la acción
no se detiene. Entre las ideas, la imaginación, las opiniones de la mente que
apunta incesante cada acto y las acciones, transcurre la historia llevada en
piel, carne, sudor y lágrimas por la genial e histriónica Irina Alonso.
La protagonista pone voz, cuerpo, relata, presenta y
representa a la vez, para construir esta especie de monólogo escénico y
vertiginoso que concibió Gilda Bona, dramaturga de la obra.
Los cuerpos están manejados en escena por otros cuerpos
que son continente, que hacen funcionar la acción en concreto, que aportan la
materialidad a esas palabras desbocadas que expulsa de su boca la actriz.
No falta la complicidad con el público en un guiño que
apoya el acercamiento favorecido por la luz y que acerca a la actriz a un
primer plano cinematográfico, que la acentúa y aproxima al límite de la escena,
entre la ficción representada y el espectador atento en la realidad de las
butacas.
Betina corre al hospital regional a ver a su marido que
ha tenido un accidente.
La muerte, tema trágico que revolotea sobra la obra,
queda por detrás de la propuesta temática debido al estilo en que es abordada,
delirante y tragicómico, fragmentado, por momentos posmoderno. También por el
punto de vista de la protagonista, por su lugar dentro de la historia, por su
situación personal y el vínculo que la une con los otros personajes. Y además,
por las peripecias en el hospital regional, con su burocracia y sus realidades
patéticas superadoras de toda ficción.
A un ritmo de locos, Irina Alonso devora la escena y con
una capacidad impresionante lleva adelante un texto que no para de hacer
alusiones, acotar, comentar, delirar e imaginar, como un unipersonal galopante
que se complementa con el resto del elenco, de quienes depende que las palabras
tomen cuerpo para ser un hecho teatral. Y eso solo puede lograrse con un buen
equipo y con la indiscutible ayuda de una buena dirección.
Qué: 24 HORAS VIRAJE
Quién: Autoría: Gilda Bona.- Actuación: Irina Alonso,
Pablo Aparicio, Daniel Barbarito, Gabriella Calzada, Marisel Jofré, Marta
Pomponio, Belen Rubio, Gabriel Yeannoteguy.- Vestuario: Daira Gentile.- Diseño
de luces: Facundo Estol.-Música original: Adolfo Oddone.-Operación de luces: Ariel
Cortina.-Fotografía: Lluís Miras Vega.- Diseño gráfico: Adrián Riolfi.- Asistencia
de escenografía: Marina Apollonio.- Asistencia de dirección: Nacho Ansa.- Prensa:
Prensa Novello.-Producción ejecutiva: Zoilo Garcés.- Dirección: Francisco Civit.-
Dónde: TEATRO ANFITRION
Venezuela 3340 Teléfonos: 4931-2124
Cuándo: domingo - 20:00 hs - Hasta el 30/11/2014 Duración:
60 minutos
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